"Poesía Cirquera" es un proyecto literario. Un proyecto de divulgación pasional. Un proyecto que difunde a través de las distintas formas de la literatura, la pasión por los procesos creativos en general y por el circo y los espectáculos callejeros en particular. El proyecto se divide en dos grandes áreas:

La primera está conformada por textos escritos por Bruno M. Gagliardini (Brunitus), el director y generador del proyecto, artista de circo y artista callejero que dedica su vida a estas artes. La segunda es una recopilación de textos de los más variados autores y géneros, resultado de la búsqueda e investigación propia y la colaboración y sugerencia de amigos y colegas.

Así conviven cuentos, relatos, poemas y ensayos inspirados en el circo y sus personajes, la calle y su público. La risa, la idea, el riesgo, el sudor, los aplausos, el silencio. El circo, redondo como la luna, también tiene su cara oculta.

"Poesía Cirquera" es una grieta en la lona por donde espiar este fantástico mundo.
Pasen y vean. Pasen y lean...

Ser o No Ser

Quien lo conoce, tiene alguna teoría sobre su salud mental. Pero él, está sano.
Hace lo que hace y lo hace como lo hace por una simple razón. Nunca tuvo una idea.

Una noche de invierno, una sensación espantosa lo despertó. Un escalofrío cabalgó por su columna. Salió corriendo directo al baño. Algo adentro suyo quería salir. Se obligó a vomitar. El malestar empeoraba. Era el corazón, latía muy rápido. Estaba por morir. Miró al espejo, tenía los ojos rojos y las venas de la cabeza a punto de explotar. Se asustó. Las piernas se le aflojaron y cayó rendido al suelo. Comenzó a reírse, reírse sin parar. Se levantó, se quitó la ropa, prendió la radio y se puso a bailar desnudo. Abrió la heladera, sirvió un vaso de leche y comenzó a hacer gárgaras. Cambió los muebles de lugar, le habló a las plantas, hizo pis de parado y se vistió con la ropa de su difunta madre. Luego se desmayó.

Su primera idea había nacido.

Despertó cerca del mediodía.  Tenía sed, hambre, ganas de viajar, conocer mujeres, ir al cine y comer chocolate. Se dio una ducha y luego renunció a su trabajo. Tenía la mirada perdida y una sonrisa dibujada. Tenía una idea, su primera idea y era brillante. No iba a parar hasta llevarla a cabo.  Necesitaba cambiar su día a día. Necesitaba dinero y poder. Desarrolló un producto, lo comercializó, invirtió en una oficina, luego construyó una fábrica. Su emprendimiento lideraba los mercados. Necesitaba más dinero, esas cantidades que no se consiguen trabajando. Salió a caminar, observó, diseñó y resolvió. Al otro día las tapas de los diarios hablaban del mayor robo a un banco de la historia. Llegó el momento de conseguir apoyo, el momento de ser popular. Ganarse a los vecinos fue muy fácil, la ciudad, la provincia, el país, eran cuestión de tiempo. Pero no era suficiente. El día que todo el mundo hablaba de él, ese día, se dio cuenta de que faltaba poco. Respiró hondo y se relajó, sintiendo como el aire que entraba en su cuerpo acariciaba su idea, su única idea. Era cuestión de tiempo para cambiar la historia. Solo le faltaba morir. Una muerte rápida, sin dolor. Una muerta con mensaje.

Por primera vez se cuestionó. Lo que más deseaba, lo único que deseaba, era ver su idea realizarse. Para ello, tenía que morir. Maldita paradoja.

En ese momento un dolor de cabeza terrible le obligo a cerrar los ojos. Estaba confundido, su brújula giraba sin parar. Abrió los ojos, todo estaba nublado. Empezó a correr esperando que el sudor lo vacíe. Sintió como el pecho se le comprimía, era un dolor tácito. Intento respirar hondo, acariciar nuevamente su idea, agarrarse fuerte de ella, pero no pudo. La angustia lo obligó a vomitar. Se le aflojaron las rodillas y en aquél punto donde debía morir, simplemente se desmayó.

Su idea, su brillante idea, había nacido de entre sus vísceras, crecido a través de su corazón y se instaló en su cabeza. Esta vez el camino fue el inverso. Comenzó en su cabeza, luego tomó su corazón para finalmente revolverle las vísceras.

Su primer dilema había nacido.
                                                                     
                                                                     (Brunitus)




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